1330. urtean Berastegiko gaizkile batzuen
gertakizunak.
Merino de Pamplona Johan Garssia de Reta por
la expensa que hizo cuando con gentes de armas fué á Ipuzqua en auxilio de la
justicia y de las Hermandades de dicha tierra, por hacer justicia y corregir á
los malhechores de dicha tierra que muchos y grandes daños habían hecho en el
Reino de Navarra, por orden y carta del Gobernador del rey Felipe III "el bueno" comunicadas el dia 16 del mes de Junio del año 1330.
FELIPE III. ERREGEA |
El Merino, el sábado 16 de Junio estaba en Sangüesa cuando recibió la orden del gobernador Enrique de Suliac de ir á Ipuzquoa; trasladóse á Pamplona, y de aquí á Lekunberri, donde convocó á los escuderos de la Merindad que habían de formar en la comitiva. El Merino apresó en la por él expugnada fortaleza de Blastegui (Berástegi, el primer pueblo de Gipuzkoa, cuando se entra desde Leiza) á Garssia Martiniz de Blastegui, escudero, y á nueve compañeros suyos que habían causado muchos daños en Navarra. El Merino, en vez de castigarlos por su mano como lo habría efectuado de no mediar, las capitulaciones de concordia, los llevó á Tholosa, donde penetró al frente de cuatrocientos treinta peones.
El justicia de Ipuzquoa se negó á castigar
corporalmente á Garssia Martiniz de Blastegui y sus compañeros, y el lunes
siguiente el Merino, con toda su comitiva, tomó la vuelta de Navarra, y después,
á requerimiento de los jueces de las Hermandades y de los hombres buenos de la
tierra de Ipuzquoa asintientes, los cuales se mostraban temerosos de que
pudieran sobrevenir muchos daños y males, regresó á Tolosa.
De lo que el Merino y el Justicia tratasen de
nuevo en esa villa, nada sabemos; pero la cuenta nos dá la inesperada noticia
de que el martes siguiente, el Merino con su comitiva y con el justicia de
Ipuzkoa y con los de Lazkano (cum illis de Lazcano) se marchó á expugnar
la casa llamada Larrea, que era de Gil Lopiz de Oynnaz (el famoso caudillo de
Beotibar) y á los malhechores que estaban dentro de ella, donde Johan Díaz de
Garriz, Johan Rodriguiz de Olalde, Martín Periz de Ax, ,,consanguineo del
Merino“, Gonzalvo de Murello, Johan de Arruaçu, Sancho de Lerín,
Pedro Periz de Maudoz (Madoz) y otros hasta el número de veinticinco de la
compañía del Merino, fueron heridos. El zorro de Oñaz, sí es que estaba en su madriguera,
no se dejó coger.
El primer viernes de Julio se unieron, de
orden del Gobernador, en Tolosa al Merino, Ichusco de Ezpeleta y su hermano
Pedro Ochoa de Dipulatz y los de Vergara con ciento cuatro peones. No se
entienda que “los de Bergara“ se refiere á los habitantes de la villa gipuzkoana
de ese nombre sino á una familia del valle de Lerín. El lunes 9 de Julio el
Merino con su comitiva, con el justicia de Gipuzkoa y los de Lazkano marchó á expugnar la predicha torre de Larrea.
El viernes fueron heridos (percussi) Johan
Rodriguiz de Olalde,1 Pedro Garssia de Reta y otros trece, los cuales fueron
enviados á Tolosa. El Merino y su gente permanecieron junto á Larrea (apud
Larream) hasta el lunes diez y seis de Julio, en que se volvieron á dicha
villa. El Miércoles 1º de Agosto el Merino regresó á Nabarra.
El jueves estaba ya en Lekunberri.
La referida expedición tuvo más importancia
que otras y ocupaba la atención del Gobierno. A Tolosa fué enviado Ugo de Buo ú
Brio (de ambas maneras aparece escrito) escudero del Rey, con dos peones y “quodam
saumerio“. Se enviaron armaduras de Pamplona Sangüesa y Estella y las acémilas
que las trajeron se emplearon en llevar “ingenios“ (máquinas de batir), desde
Tolosa á Larrea. — Por orden del Gobernador, dictada el último día de Junio,
fueron á Gipuzkoa Pedro de Olayz, carpintero del Rey, el maestro Johan de Peyna,
Jacobo de Folies y Miguel de Leyazcue (Leazkue), carpinteros, para construir
ingenios. John de Peña es calificado de maestro de los ingenios. Simon Simonis
Donsseynor, Pedro Castellan, Lope Garssia de Aoyz, Pedro Gil, Arnaldo de
Gardelaynn y Miguel de Ul, jurados de Sangüesa, recibieron treinta sueldos por
los gastos de los mulateros y sus bestias que llevaron á Gipuzkoa las armaduras
preparadas para los de dicha villa. El Maestro Peña recibió el encargo de
construir ingenios “para destruir las casas y fortalezas de aquellos de
Ipuzquoa que causaron muchos daños en el Reino de Nabarra“.